«El comensal encaramado» , por Lancia Mensel

Medallon CA

«En su percha encaramado cual simiesco animal selvático,
en lo alto del estante, encontrabase el comensal ululante.

Su piel acartonada las huellas del tiempo mostraba
al igual que sus fauces, siniestramente afiladas,
mientras con ansia devoraba conservas y escabechadas.


Tal era el esmero que en su festín disponía
que a los héroes, entrar al salón, no percibía.

Demasiado tarde gruñó al ver a la comitiva
Quienes, armas en ristre, a acabar con su vida disponían.

Valiente y noble el hechicero su mágico báculo blandía.
Su pecho de ungüentos relucía.
Tras él, la bella doncella,
quien de su corazón el miedo destierra.

Conjurando mistica potencia,
de su bastón liquido elemento surgió con violencia.
Desafiando al propio dios del viento,
lo que antes daba la vida, ahora llevaba el tormento.

El comensal siniestro recibió el golpe en el pecho,
destrozando por completo su ya maltrecho cuerpo.

Rugiendo sin remisión, cayó cual hoja en invierno.
Su cuerpo al suelo, y su alma, al infierno.

                               – «El comensal encaramado», por Lancia Mensel.

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